Su partida es como si se hubiera Lennon, si se hubiera ido George, como si Freddy hubiera decidido irse también, se va uno que compone una tuerca, una organización, se va uno que deja un vació, que deja sin una pata a un araña, si tal vez la araña sigue caminando, pero no como antes, tantas risas, tantas carcajadas, tantas genialidades, siempre digo que si tengo un poco de la inteligencia de mi Madre, la valentía de mi Padre y si supiera saber tocar un poco lo que tocan los Luthiers, pues moriría feliz. No estoy triste, no estoy apenado, al contrario contento, porque uno de mis artistas ya se esta convirtiendo en leyenda. Y si dedico un pedazo de escritura de mi blog a Daniel, es porque de verdad estoy agradecido por la buena música y por la inocente genialidad.
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